Radio Súchil
Es una radio creada por mi para la desaparecida pagina de Casa Súchil. La mayoría de la musica son canciones que escuche durante los años vividos en Súchil. Da clic aquí para escuchar la Radio SUCHIL.
RESPUESTA: Dos grandes. Don Ulizes Gamero Gonzáles y Don Kiko Castro Flores "El Felino de la Sierra. El primo un gran ser humano que apoyo con muchos proyectos a Organización Casa Súchil donando lentes, calzado, andaderas, etc. y el mas grande compositor de corridos de Súchil Dgo. el gran amigo Kico castro.
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JORGE G. ESCALERA
Nació el 30 de abril de 1952 en Súchil, Dgo.
Inició tocando guitarra a los 7 años.
Su primer composición fue “El Rey de la Pobreza”.
Actualmente radica en Fort Wort, Tx.
“NO TRATES MAL A ESA MUJER”
No trates mal a esa mujer,
si no la quieres
déjala que siga su camino
para que pueda ser feliz,
ya que tú con tu amor nomás la has ofendido.
Ella te quiere de verdad,
donde quiera que tú estás
siempre recuerda tu cariño.
Si abre su boca es para decir
que tú siempre serás la luz de su camino.
No trates mal a esa mujer
que te entregó su vida
y en cada beso suyo te entregó el corazón.
No trates mal a esa mujer
que es fiel con tu cariño
y si tú eres el malo
no lo tiene que saber.
“No llores Lino”; “Parejito mi Vencedor”
Vive feliz con ese amor
que Dios te supo dar
el día que se casaron
y que la iglesia los unió
y ahora es un deber amar y respetarlo.
No trates mal a esa mujer
que te entregó su vida
y en cada beso suyo te entregó el corazón.
No trates mal a esa mujer
que es fiel con tu cariño
y si tú eres el malo
no lo tiene que saber.
No trates mal a esa mujer.
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El mejor maestro
Me voy de casa, estoy arto de tus regaños, de lo poco que me das y que no comprendas que tengo quince años y lo que me ofreces para que me quede es demasiado poco, mira a Juan, el tiene un coche ultimo modelo, computadora, celular y yo en cambio tengo que viajar en camión para llegar a la escuela.
En las fiestas, el esta rodeado de amigos porque saben que trae dinero, en cambio a mi con lo que me das me alcanza miserablemente para unos cigarrillos y dos cervezas, porque fumo y tomo por si no lo sabías, ¿pero?, que te puede importar si ya no me veras.
Diez de la mañana; camino sin rumbo, pero eso no importa si soy libre, da igual ir aquí que estar allá, me siento en una banca del parque y me doy cuenta que empieza a oscurecer y no he comido nada.
-Eso no importa, me digo a mi mismo, ¡soy libre! y eso es lo que importa, meto mi mano en el bolsillo y saco el ultimo cigarrillo que me queda por encender, comienzo a fumarlo a grandes bocanadas y mientras contemplo el humo empiezo a planear mi futuro.
Hoy dormiré aquí y mañana buscare un trabajo en el cual ganare mucho dinero para comprar todo lo que quiera.
Por la mañana me despiertan los rayos del sol anunciando que es la hora de iniciar la aventura.
¿Pero… que ha pasado?, maldición, me han robado mi maleta.
Mas me doy valor a mi mismo diciendo, que importa eso, mañana comprare ropa nueva y olvidaré los harapos que traía conmigo.
Cuatro de la tarde, no he podido conseguir trabajo y mi estomago pide a gritos de comer, mas también pienso una cosa, no puedo pedir un taco a nadie porque mi orgullo no me lo permitiría.
Han pasado cinco horas y no puedo más, amparado por la oscuridad me acerco hasta aquel contenedor de basura donde encuentro unas migajas de pan, las llevo a mi boca y en estos momentos me detengo; papá, mamá, ¿por qué me alejé de ustedes?, quisiera regresar.
-¡Pero que te pasa estúpido!, me responde mi conciencia, ¿no querías ser libre?, donde dejaste al valiente que no supo valorar lo que tenia, ahora dime, ¿cuándo te falto un plato de comida, ropa, cuándo te faltó su amor?
De pronto el viento lleva hasta mis pies un pedazo de periódico el cual levanto desganado y comienzo a leer.
-Joven fallece al volcar su automóvil, es lo que se alcanza a leer en el encabezado y con lo primero que topan mis ojos.
¡No puede ser!, pienso en esos momentos, yo que siempre lo envidié pude ver en esos momentos que ni con todo el dinero que tienen los papás de Juan lo pudieron evitar.
¡Ves esto!; vuelve mi conciencia a reclamar, Dios no acepta cheques y lo comprendió el papá de Juan al verlo dentro de ese ataúd, al entender que solo dinero fue lo que le ofreció y tú, que tienes el amor de tus padres los abandonaste.
Mi mente esta confundida… de pronto, el aire golpea mas fuerte durante unos segundos y cuando se calma puedo recoger ese pedazo de periódico que trajo a mis pies, lo tomo y empiezo a leer.
No puedo creer lo que mis ojos ven, ¡no es Juan quien murió, fue mi padre!…
Fue tanta mi ambición por tener lo que deseaba y tanto el amor de mi padre que pudo regresar el tiempo y comprar la vida de Juan a cambio de la suya con tal de darme lo que yo quería.
-Así es mi amigo… vuelve a interrumpir mi conciencia, tu padre pudo regresar el tiempo y así vender su vida a cambio de verte feliz…
Desperté sobresaltado, con la frente empapada en sudor y ese gran remordimiento.
Fue solo una pesadilla, pensé, me levante y busque bajo la cama esa maleta con la que pensaba huir.
Rápido saque mi ropa y luego como un niño me puse a llorar.
Es hora de la escuela, escuche a mamá decirme, limpie mis lágrimas y baje a desayunar.
¿Dónde está papá?, pregunté sintiendo todavía el remordimiento de ese horrible sueño.
En un momento baja, respondió ella, al volver la mirada hacia las escaleras lo miré y no pude contenerme, me levanté llorando y corrí a abrazarlo.
Los quiero mucho a los dos, dije con voz quebrantada y sin que pudieran entender el porqué de mi actitud solo dijo mi papá, yo también te quiero mucho; te quiero tanto que daría la vida por ti.
Brotó de nuevo en mi el llanto y en esos momentos comprendí que ellos entregan todo sin pedir nada a cambio, que son como el maestro en la escuela, solo te instruye y que eres tú como alumno quien debe luchar porque tus conocimientos lleguen tan alto como quieras y lo que un día logres hacer en la vida recuerdes que fue obra de esos dos grandes maestros.
Papá y mamá.
Write comment (0 Comments)RESPUESTA: El es Don Tereso García del Villar, fue presidente municipal de 1965 a 1968. Además de un gran jugador de beisbol.
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Muchas tardes de mi vida las he pasado añorando mi niñez, quizá porque fue una época de mi vida en que fui muy feliz, y doy gracias a mi dios por haberla pasado en nuestro Súchil.
Por el resto de los días que mi dios me de de vida, seguiré pensando lo mismo. En las calles de Súchil, en la escuela primaria, en el río, en nuestra plaza, en la iglesia, en su campanario, en la milpa, en la laguna, en el ojo de agua, en el mortero, en las vías del tren, en fin, en muchas partes de Súchil, hay una parte de mí. Y todo Súchil esta aquí en mi corazón. No es pose, y no pretendo que nadie lo entienda. Hay ocasiones que ni yo mismo me entiendo, mas cuando en tardes como la de hoy nublada “tristona”, “nostálgica”, me siento triste, melancólico y solo (SIN ESTARLO).
Mi vida no ha sido fácil, pero he sido afortunado, tengo más de lo que había querido tener, nunca las cosas materiales han sido mi debilidad, así que no añoro tenerlas.
Llegue a Tijuana con el ánimo de trabajar y estudiar lo que en la prepa era mi especialidad, es decir, la electrónica, pero jamás pude estudiar lo que quería, no había Ingeniería en Electrónica en el Tecnológico en aquel lejano 1975, así que si hubo una gran decepción temporal, que luego desapareció.
Hice una carrera profesional que me permitió abrirme puertas y felizmente acabo de jubilarme despes de 42.5 años de servicio en el magisterio sirviendo a mi comunidad. Como maestro nadie se hace rico y yo no soy la excepción, vivo bien y soy feliz con lo que tengo. Y si tuviera que volver a nacer, decidiría hacer lo mismo, bendita la juventud que acude a las aulas en mi plantel, gracias a ellos me mantengo con un espíritu joven y con el mismo animo de hace 42 años.
Cada ocasión que escucho a GERARDO REYES cantando “SIN FORTUNA” se me pone la piel de gallina y recuerdo a mi Súchil, a su gente, a mis raíces, a mi familia, a todo. Hay frases de la canción, que no encajan con mi manera de ver la vida, pero hay otras que no puedo evitar “me lleguen a lo profundo”. (Además junto al Dos Negro, a Payaso, a Tu Camino y el Mío y otras me recuerdan a nuestro antiguo y desaparecido Cine Anzures)
Haber creado esta página y su radio, me ha permitido estar en un mayor contacto con mi pueblo y su gente. Este hecho también me ha permitido conocer a muchos nuevos amigos o “ciber-amigos” que en la primera oportunidad que se presente espero conocerlos personalmente, estrechar su mano y establecer una bonita amistad.
Por ello, y muchas cosas más, difíciles de expresar en unos cuantos renglones. Siento ser un hombre afortunado.
Write comment (0 Comments)RESPUESTA: Ella es la tía Lupe Blanco la acompañamos mi primo Javier Gálvez Montes y su servidor Francisco Fernández Gálvez (Quico Galvez me decian en Súchil). La foto fue tomada en el verano de 1976. La tía Lupe vivia en Navacoyan Durango y tenía mucha familia en Súchil entre otros la familia Gálvez Ortíz y la familia de Doña Beatriz y Don Jose, ella murío hace mucos años QEPD, Javier vivio varios años aquí en Tijuana, ahora se que vive en Texas.
Write comment (0 Comments)RESPUESTA: El es Arturo Gálvez Salas (Sus papas fueron Anselmo Gálvez Ortíz y Eloisa Salas), en la foto esta con su hija Olimpica Galvez Cisneros). Hace muchisimos años que no veo a mi primo Arturo y de sus hijos solo recuerdo a los tres mas grandes. Un saludo cordial para toda su familia.
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RESPUESTA: El es Don Francisco Corrales (Pancho Corrales)m fue presidente municipal en 1951 y 1952 y un reconocido comerciante de nuestro pueblo. Se que tenia varios hijos pero con la única que conviví en el primer año de primaria fue con su hija Lola Corrales.
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RESPUESTA: La del lado izquierdo es mi mamá Concepción Gálvez Ortíz - ¿La de en medio quien es? - la otra señora no se quien es. ¿Alguien la reconoce?
La dama de en medio es mi tía Carmen Ortíz prima hermana de mi mamá. Fue esposa de Ricardo Tavizón (Calilo) propietario del molino de "Las Marías" ellos procrearon a dos hijos Lala y Ricardo (Calilillo).
En la imagen se muestra la tradición de nuestro pueblo cuando fallece un bebe al cual es nuestra costumbre llamarlo "Angelito".
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~¡Por los viejos tiempos ! Dijo levantando la copita de mezcal y de un trago la vació, luego chupó el gajo de limón, se puso un poco de sal en la mano y se lo aventó a la boca, cerro los ojos, hizo un gesto y se estremeció; lo vi ponerse rojizo purpura y dijo. - Hay Compadre, hasta me dan ganas de llorar al recordar a mi vieja, pero bueno así es el destino. Hey! Pancho, sírvenos las otras que al cabo mi compadre paga, ¿verdad Compadre? Asentí con un movimiento de cabeza, se acerco el cantinero y nos sirvió, dije, -Pancho deja la botella. .
Mi compadre ya estaba mas borracho que la ultima vez que se cayo en el rio, cuando después de estar tomando quiso cruzar el puente de viga y la verdad si me gustaba la idea de que se quedara botado para llevarlo a su casa, ya tenia días tomando, se le veía la cara abotagada, cansado, sin dormir. mi intención era que lo atendieran sus hijas y descansara; mi compadre nunca fue hombre necio, así que tenia la esperanza que una vez que se le quitara la borrachera dejaría de tomar.
Así trascurrieron las horas hasta que al fin, el compadre se quedó dormido apoyando la cara sobre el mostrador de la cantina, le hable a Julian, un amigo, y entre los dos lo llevamos a su casa, nos recibieron sus hijas y después de acostarlo, les deje un dinero y fui por el doctor para que lo revisara, mi compadre tenia problemas con la presión, así que me pareció conveniente que el medico estuviera al pendiente y lo checara de vez en cuando.
Tuve que salir a Durango y por esa razón vi a mi compadre hasta el tercer día, se veía muy bien, y cuando entre a su cuarto, se levanto de la silla donde estaba sentado y me abrazo y dijo. -Gracias compadre, gracias, no se imagina lo agradecido que estoy, el doctor me dio unas pastillas que ni cruda me dio y mis hijas me han atendido muy bien, pero ya me dijeron que fue lo que usted hizo, gracias compadre, dios lo bendiga, le he pensado mucho y se que debo dedicarme a cuidar a mi familia y dejarme de sentimentalismos baratos, primero el bienestar de mis hijas y no se crea, allá en mi memoria algo quedo de lo que usted me decía, tiene razón, con tomar no gano nada, empeoro las cosas.
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Frijol negro
Cultivado desde hace ocho mil años, el frijol ha sido parte de nuestra tradición culinaria, y no podíamos dejar al lado este básico de la comida mexicana. El frijol es una semilla comestible perteneciente a la familia de las leguminosas, originaria del continente americano, y orgullosamente nuestro país es considerado como uno de los centros de origen de diversos tipos de frijol, siendo el principal el Phaseolus Vulgaris o frijol negro.
México tiene cerca de 70 variedades de frijol que se distribuyen en siete grupos: negros, amarillos, blancos, morados, bayos, pintos y moteados. Por la preferencia del consumidor el frijol se clasifica en muy preferente: Azufrado, Mayocoba, Negro Jamapa, Peruano, Flor de Mayo y Junio; referentes son las variedades Garbancillo, Manzano, Negro san Luis, Negro
Querétaro y Pinto. Y por último los no preferentes que son Alubia Blanca, Bayo Blanco, Negro Zacatecas, Ojo de Cabra y Bayo Berrendo.
En Sinaloa se cultivan principalmente las variedades azufradas, mientras que una gran parte de frijol negro se cultiva en Nayarit y Zacatecas, con una demanda mayormente concentrada en las zonas centro y sur del país.
El frijol es una rica fuente de proteínas e hidratos de carbono, además de ser una buena fuente de hierro, cobre, zinc, fósforo, potasio, magnesio y calcio y tiene un alto contenido en fibra. Es un alimento fundamental en la dieta de la población mexicana, siendo un alimento que no puede sustituirse con algún otro.
Write comment (0 Comments)Un viaje a lo desconocido
Fue una madrugada de un 17 de Febrero de 1968 que después de hacer mi pequeña "maleta" (bolsa mexicana) con una muda de ropa, una docena de huevos cocidos, dos portolas, un kilo de tortillas de harina, un salero, un frasco de vaselina y un par de zapatos; pues por aquello de las terribles caminatas, porque ya me habían platicado acerca de las enormes distancias que se tienen que cubrir para poder llegar hasta algún punto más o menos seguro; que iba yo a saber la realidad. Ahh.. y también llevaba un garrafón de agua....... para completar.
Fue así que me dispuse a partir hacia aquel lugar desconocido al cual todos llamaban: (El Norte) . Ese enorme país donde muchísimos han perdido la vida en busca de un mejor porvenir otros que indudablemente descubrieron nuevas formas de vivir y ver el mundo y algunos que sin importar los bienes materiales decidieron regresar para quedarse en su patria.............. Ufff!! pero como duelen las despedidas, y peor cuando no sabes si volverás o te quedaras en el camino.
Me eché mi bolsa al hombro y me dirigí hacia la puerta que conduce a la calle. No sin antes detenerme un momento para darle un beso en la frente a mi madre, que con su mano temblorosa y sus cansados ojos llenos de lágrimas me echaba su bendición.
Ya me había despedido yo de mi padre; hombre bonachón noble serio y de muy pocas palabras que ahí sentado en una piedra cerca del corral de los burros, en un lado de la raída puerta y con su pierna derecha extendida, desgranaba unas mazorcas de maíz en un pequeño baldecito que en su forma, reflejaba las batallas y estragos del tiempo, que al igual que “mi viejo” habría pasado por tantas peripecias.
Y ahí estaba el, que se había levantado de la cama oscura la mañana más temprano de lo habitual, triste meditabundo oyendo toda la conversación con la cabeza baja, como cubriéndose la cara con el sombrero para que no lo viera sufrir.
Volteaba a verme de vez en cuando y en medio del mar de recomendaciones por parte de mi madre, escuche su voz suave que me pregunto: Completas para el pasaje? y yo conteste: “muy a penas pero si” . Acto seguido se llevó la mano al bolsillo y saco un billete de cien pesos y me dijo: Toma este dinero te puede servir.
Esto me causo un sentimiento increíble. Mi papa jamás me había regalado tal cantidad de dinero; porque en aquellos tiempos cien pesos era mucho dinero.
Yo no se cómo los reunió ni para que los quería o si los necesitaría después pero me pareció un noble acto de cariño y compasión.
Y fue entonces que me extendió su mano para despedirse nuevamente de mi.
Yo se que esto le costó mucho esfuerzo porque el no era así de expresivo ni efusivo. Y cuando estreche su mano, sentí que los pies se me pegaron al piso y me impedían moverme o decir palabra; sentí deseos de abrazarlo pero noo... esa no era la forma en que fuimos crecidos.
Por fin salí a la calle y poco a poco me aleje apretando las mandíbulas y respirando cortado. Di vuelta a la esquina donde un viejo poste de alambrado eléctrico detenía una deteriorada lámpara, que por un desperfecto se prendía y apagaba como si estuviera en desacuerdo con aquella triste escena que estaba presenciando.
Pero no sin antes voltear por una última vez a ver la cansada y encorvada silueta de mi madre, que recargada en el marco de la puerta y cubierta con su rebozo lloraba en silencio.
Así, poco a poco me fui alejando de aquella humilde casa que me vio crecer y donde tantas veces fui feliz y reí y cante pero que en esta ocasión, me veía alejarme.
Como acto de magia, aquella madrugada una gran pena se apodero de mí.
Y desde entonces me volví experto escultor de tristezas, de lágrimas y de nostalgias; porque ahí quedaron mis padres, mi casa, mi familia, mis amigos y mi querida y amada tierra.
Me dispuse a contactar a mis compañeros de viaje todos ellos mayores que yo; en total éramos cuatro. Ya reunidos nos fuimos a la terminal de autobuses (Se oye bonito verdad)? en realidad era una tiendita tipo tlapalería situada en una esquina que formaban las dos únicas calles principales de mi pueblo en cuyo frente se paraba el único autobús de pasajeros que transitaba por esta región. Era un autobús desvencijado que en un tiempo había sido de color rojo; que arribaba a mi pueblo muy de madrugada haciendo el recorrido diario desde Chalchihuites a Durango. Propiedad de unos empresarios de Zacatecas.
Allí esperamos un buen rato todos en silencio, solo se escuchaba el rebuznar de los burros, el ladrar de los perros y el cantar de los gallos a la distancia.
Y como si fuera un concierto que la naturaleza nos regalaba como despedida, también se escuchaba el cantar de los grillos interrumpido esporádicamente por la tos de alguno de nosotros, ya que la mañana era fría.
Fría para nosotros, pero no así para una ancianita que envuelta en su rebozo y con pausado placer fumaba un cigarro de hoja, (de aquellos que se preparaban con una pizca de tabaco en una hoja de maíz) mientras con tesón atizaba un bracero, (anafre) para mantener calientita una olla de barro con aromático menudo; y quien de vez en cuando lanzaba un pedacito de tortilla a un hambriento perrillo que sentado a corta distancia no la perdía de vista.
Yo me quede ahí recargado en una de las columnas de ladrillo que detenían a un viejo tejado de hormigón. Con la mente abrumada, tratando de examinar mis pensamientos y recordando con tristeza los hechos más relevantes de aquel día, mirando como una incandescente flama consumía lentamente unos leños de mezquite.
Allí; en aquel momento, me convertía en protagonista de mi propia historia . Pues terminaba una etapa de mi vida y comenzaba otra; llena de incertidumbre, de temores, de agobios y de conflictos.
Total; que juntos abordamos aquel "autobús" al cual apodaban "La Portola" y que pasaba por ahí al filo de las cinco de la mañana. Todos achicopalados, yo por mi juventud y ellos por sus hijos y esposas. Pues créame que esta es una de las empresas más difíciles que el Mexicano enfrenta en la vida.
Ya en el autobús, nos acomodamos en nuestros respectivos asientos y mirando a través de la ventanilla nos fuimos pensativos y en silencio, ya que nadie dijo una palabra durante todo el trayecto.
Mirábamos las lomas, los árboles, las cañadas, los cerros y las parcelas, donde tantos días y tantos años de nuestras vidas pasamos trabajando sin obtener mas que apenas lo necesario para mal comer.
Y allá quedaban atrás; como atrás quedaron las novias, el perro, los burros, los caballos, los amigos y las empolvadas pero queridas calles de este entrañable pueblo que con sus humaredas y su olor a hierba fresca, nos daba la despedida…. ... quizá para siempre. J.F.H.G.
Write comment (0 Comments)Respuesta: El es el "Tío Pifas" Epifanio Gálvez Ortíz. (En los próximos días publicaré aquí mismo un artículo dedicado a su persona.
Write comment (0 Comments)RESPUESTA: Casa de Don Guadalupe Hernandez ubicada en la Avenida del Trabajo. Frente a la casa de La maestra Nachita Corrales y Arturo Mier. En esa casa tabien vivieron por mucos años los hermanos Carmelita y Carlos Hernández.
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De varios autores pero quiero priorizar los libros escritos por tres grandes (una tercia de ASES), Don Kiko Castro Flores, Don José Félix Hernández García y Don Lorenzo Chávez Hernández.
Write comment (0 Comments)RESPUESTA: Espero no cometer algún error De izquierda a derecha: Pedro Sánchez, Toño Mozqueda, Mino Alvarez, Antonio Ortíz. No se quien es el niño ni en que año fue tomada esta foto.
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Cuenta la historia que cuando Don Toño (Antonio Gálvez Ortíz) era un niño llego al pueblo un destacamento del ejercito, creo que adecuaron su cuartel donde fue la casa de mi querida maestra Nachita Corrales su esposo e hijos, o sea cerca de la casa de la familia Gálvez Ortíz (Frente al jardín Constitución de nuestro querido Súchil).
Me contaba mi mamá que por alguna razón se estableció una especie de toque de queda por parte del ejercito y que a determinada hora de la tarde-noche nadie del pueblo podía andar fuera de sus casas o serían arrestados.
También los soldados se acuartelaban y quedaban solo dos soldados a la entrada de la casa y cada cierto tiempo uno de ellos caminaba unos pasos, regresaba y gritaba «CABO DE CURTO». A mi tío Antonio le llamaba mucho la atención que seguido se le veía jugar con sus otros hermanos y amigos donde el era ese soldado que gritaba «CABO DE CUARTO». Lo hizo tantas veces que todo mundo empezó a llamarlo «El Cabo».
Hubo un tiempo que fui su ayudante en la elaboración de fustes, un día llego una persona a caballo y llevaba un fuste viejo y roto para ser reparado toco la puerta y fui yo quien le abrió y me dice tartamudeando «Hola chamaco busco a .... busco a.... busco al Cabo, olvide su nombre», yo me sonreí y le dije se llama Antonio Gálvez. En eso llego mi tío y al verlo con una gran sonrisa le dijo a mi tío «Como estas mi Cabo, mira, tantos años de conocerte y nunca te llame por tu nombre, para mi tu eres «El Cabo», soltaron la carcajada y yo ya los deje platicando, me retire a seguir haciendo mi trabajo.
Mi tío Toño fue un gran fustero y un muy buen músico, tocaba varios instrumentos entre otros el saxofón, el clarinete, la trompeta, el acordeón, etc. Se que enseño a varias personas del pueblo a tocar algunos instrumentos.
Fue esposo de mi tío Sofía Montes con quien procreo a sus hijos Armando, Dolores Javier, Rosalba, Sigifredo, María Eva, Bricia y Nenfy Alejandro. Antes de este matrimonio tuvo dos hijas con diferentes señoras, sus hijas no llevan su apellido pero tuve el gusto de conocerlas y tratarlas las dos siempre fueron muy lindas con migo y siempre me dijeron primo, no digo sus nombres pero si llegan a leer este articulo sepan que a ellas y a mis primos Gálvez Montes, ocupan un lugar muy especial en mi corazón.
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