Escuela vieja Mauricio Fernández de Castro. - Autor: Jose Felix Hernández García
- Categoría: Súchil
- Publicado: Martes, 15 Noviembre 2022 16:31
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- 15 Nov
Escuela vieja Mauricio Fernández de Castro.
La antigua escuela Prof. Mauricio Fernández de Castro fue construida en (1903-1904) sobre un lote cuyo antiguo propietario había sido el sr. Jerónimo Francisco de los Dolores Fernández de Castro Benítez. (padre de Mauricio) Posteriormente dicho predio habría sido donado al municipio por Mauricio Fernández de Castro Alva (hijo de don Jerónimo), e inaugurada por el alcalde en turno de Súchil, Dgo. el Sr. Jesús Hernández Mier en 1905; convirtiéndose esta, en la primera escuela primaria de nuestro pueblo.
Yo, J.F.H.G. asistí a dicho plantel escolar mis primeros tres años de primaria (1958-1961) y haciendo una remembranza de aquella época mi mente retrata aquella estructura de la siguiente forma: un edificio construido a base de descomunales y resistentes adobes en cuyo interior albergaba un total de seis aulas; tres de ellas al lado de la calle Allende, en donde también había una puerta de entrada, dos aulas y una segunda puerta de entrada a la escuela por el lado de la calle Zarco y por la calle av. Del trabajo, a partir de la dirección estaba el granero; una aula y el salón de actos.
La dirección suponía el frente de la escuela, misma que se localizaba justo en la esquina que forman las calles Zarco y Del Trabajo cuya entrada estaba precisamente en las dos calles ya que una puerta de dos hojas y aproximadamente metro y medio de ancha, eliminaba lo que de otra forma (sin puerta) hubiera sido una simple esquina. La puerta de la dirección era alta de tablero y color verde, piso de baldosas, paredes enjarradas con mescla de cal y arena de unos 60 o 65 cm. de ancho, al fondo de la dirección una puerta que conducía hacia el interior de la escuela. Por el lado sur del inmueble uno de los vecinos era el comerciante Don Francisco Corrales Covarrubias, pero solamente había una pared de adobe aproximadamente unos 3 metros de altura y unos 40 metros de largo. Por ese lado; alejados de las aulas habían construido dos rústicos tejados de láminas de cartón en donde se ubicaban “Las Casitas” (sanitarios o letrinas), los cuales consistían en solo un tablón con tres agujeros y una fosa séptica.
En esta escuela vivía el director en turno y su familia, la vivienda estaba ubicada precisamente enseguida de la dirección pero hacia el interior del edificio, el cual tenía una puerta de acceso al jardín en donde se encontraba una gran pila cisterna construida en la década de los 30s del siglo XX la cual que era utilizada para regar el jardín, ya que la noria original de la cual se extraía el agua para regar dicho jardín y que se ubicaba en el lado sur, cerca de la barda que dividía la propiedad de Don Pancho Corrales y la escuela, fue taponeada con escombros después que instalaron el agua potable. El portón ubicado en la calle Allende frente a la cancha tenia aproximadamente 2.20 metros de altura por 2 metros de ancho de tableros y en color verde jade. Las puertas también eran de tableros y del mismo color y la misma altura. Las ventanas eran altas y del mismo estilo y color que las puertas; cada aula tenía dos ventanas hacia la calle, protegidas con gruesos barrotes de hierro forjado estilo colonial. Los techos eran de ladrillo “tableta” y a una gran altura y canales de cantera labrada. El salón de actos era una sala de aproximadamente 20 metros de largo por 6 de ancho.
En el centro de este inmueble se encontraba un gran jardín con una fuente en el centro de donde partían varios corredores hechos de adoquín. Esparcidos en este gran jardín se localizaban varios árboles entre los que se encontraban cinco cipreses y varios enormes pinos negros, los cuales se podían mirar desde cualquier punto del pueblo. En el granero se almacenaba la cosecha que se levantaba en las tierras de riego pertenecientes a esta escuela las cuales se regaban con el agua de un canal que corría a lo largo de la calle Abasolo y que se originaba poco mas arriba (lado Sur) de la huerta de don Manuel Hernández (predio donde actualmente se ubica el estadio de futbol).
En las décadas de los 30.s y 40.s esta escuela se sobre pobló, lo que dio lugar a que se abrieran otras 3 aulas para poder dar cupo a todos los niños por lo que las autoridades escolares decidieron abrir dos aulas en el edificio del salón ejidal y una más en una troje propiedad del güero Acosta y su esposa Esperanza Castañeda.
A esta escuela asistió mi padre (Mauro Hernández Villa) desde 1916 a 1918 cuando en lugar de papel y lápiz se utilizaban “tizas”, gises de carbón o yeso y pequeñas tabletas de formica y asbesto de color negro.
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