El mejor maestro - Autor: (Creo que fue Don Casta)
- Categoría: Súchil
- Publicado: Jueves, 07 Julio 2022 19:36
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- 07 Jul
El mejor maestro
Me voy de casa, estoy arto de tus regaños, de lo poco que me das y que no comprendas que tengo quince años y lo que me ofreces para que me quede es demasiado poco, mira a Juan, el tiene un coche ultimo modelo, computadora, celular y yo en cambio tengo que viajar en camión para llegar a la escuela.
En las fiestas, el esta rodeado de amigos porque saben que trae dinero, en cambio a mi con lo que me das me alcanza miserablemente para unos cigarrillos y dos cervezas, porque fumo y tomo por si no lo sabías, ¿pero?, que te puede importar si ya no me veras.
Diez de la mañana; camino sin rumbo, pero eso no importa si soy libre, da igual ir aquí que estar allá, me siento en una banca del parque y me doy cuenta que empieza a oscurecer y no he comido nada.
-Eso no importa, me digo a mi mismo, ¡soy libre! y eso es lo que importa, meto mi mano en el bolsillo y saco el ultimo cigarrillo que me queda por encender, comienzo a fumarlo a grandes bocanadas y mientras contemplo el humo empiezo a planear mi futuro.
Hoy dormiré aquí y mañana buscare un trabajo en el cual ganare mucho dinero para comprar todo lo que quiera.
Por la mañana me despiertan los rayos del sol anunciando que es la hora de iniciar la aventura.
¿Pero… que ha pasado?, maldición, me han robado mi maleta.
Mas me doy valor a mi mismo diciendo, que importa eso, mañana comprare ropa nueva y olvidaré los harapos que traía conmigo.
Cuatro de la tarde, no he podido conseguir trabajo y mi estomago pide a gritos de comer, mas también pienso una cosa, no puedo pedir un taco a nadie porque mi orgullo no me lo permitiría.
Han pasado cinco horas y no puedo más, amparado por la oscuridad me acerco hasta aquel contenedor de basura donde encuentro unas migajas de pan, las llevo a mi boca y en estos momentos me detengo; papá, mamá, ¿por qué me alejé de ustedes?, quisiera regresar.
-¡Pero que te pasa estúpido!, me responde mi conciencia, ¿no querías ser libre?, donde dejaste al valiente que no supo valorar lo que tenia, ahora dime, ¿cuándo te falto un plato de comida, ropa, cuándo te faltó su amor?
De pronto el viento lleva hasta mis pies un pedazo de periódico el cual levanto desganado y comienzo a leer.
-Joven fallece al volcar su automóvil, es lo que se alcanza a leer en el encabezado y con lo primero que topan mis ojos.
¡No puede ser!, pienso en esos momentos, yo que siempre lo envidié pude ver en esos momentos que ni con todo el dinero que tienen los papás de Juan lo pudieron evitar.
¡Ves esto!; vuelve mi conciencia a reclamar, Dios no acepta cheques y lo comprendió el papá de Juan al verlo dentro de ese ataúd, al entender que solo dinero fue lo que le ofreció y tú, que tienes el amor de tus padres los abandonaste.
Mi mente esta confundida… de pronto, el aire golpea mas fuerte durante unos segundos y cuando se calma puedo recoger ese pedazo de periódico que trajo a mis pies, lo tomo y empiezo a leer.
No puedo creer lo que mis ojos ven, ¡no es Juan quien murió, fue mi padre!…
Fue tanta mi ambición por tener lo que deseaba y tanto el amor de mi padre que pudo regresar el tiempo y comprar la vida de Juan a cambio de la suya con tal de darme lo que yo quería.
-Así es mi amigo… vuelve a interrumpir mi conciencia, tu padre pudo regresar el tiempo y así vender su vida a cambio de verte feliz…
Desperté sobresaltado, con la frente empapada en sudor y ese gran remordimiento.
Fue solo una pesadilla, pensé, me levante y busque bajo la cama esa maleta con la que pensaba huir.
Rápido saque mi ropa y luego como un niño me puse a llorar.
Es hora de la escuela, escuche a mamá decirme, limpie mis lágrimas y baje a desayunar.
¿Dónde está papá?, pregunté sintiendo todavía el remordimiento de ese horrible sueño.
En un momento baja, respondió ella, al volver la mirada hacia las escaleras lo miré y no pude contenerme, me levanté llorando y corrí a abrazarlo.
Los quiero mucho a los dos, dije con voz quebrantada y sin que pudieran entender el porqué de mi actitud solo dijo mi papá, yo también te quiero mucho; te quiero tanto que daría la vida por ti.
Brotó de nuevo en mi el llanto y en esos momentos comprendí que ellos entregan todo sin pedir nada a cambio, que son como el maestro en la escuela, solo te instruye y que eres tú como alumno quien debe luchar porque tus conocimientos lleguen tan alto como quieras y lo que un día logres hacer en la vida recuerdes que fue obra de esos dos grandes maestros.
Papá y mamá.
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