DE QUE COLOR ES EL VIENTO - PARTE II - Autor: Anónimo
- Categoría: Súchil
- Publicado: Viernes, 26 Agosto 2022 09:52
- Escrito por Super User
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- 26 Ago
DE QUE COLOR ES EL VIENTO - PARTE I - Autor: Anónimo (Ir a leer la parte I)
Antes de retirarse la enfermera me dijo “a partir de este momento estará usted en completo ayuno, dentro de dos horas deberá de estar bañado y vendré a prepararlo”. De compañero de cuarto me toco un señor muy serio, sin embargo en unos cuantos minutos ya estábamos charlando amenamente, él había sufrido un infarto en la carretera y no tenía nadie que lo visitara, así que encontró en mi a un compañero que lo escucho y termino hasta dándole consejos.
Estaba tan entretenido con mi compañero de cuarto que olvide que iban ir a prepararme, lo bueno era que ya me había bañado. Llego aquella enfermera guapa a la que había paseado en la silla de ruedas y me llevo en silla de ruedas a un cuarto privado, el resto de la historia es difícil de platicarlo, saco un rastrillo y cubrió la parte media de mi cuerpo con crema de afeitar, puso una navaja nueva al rastrillo y me dejo sin un solo bello de ya saben done, no lo pude evitar…. Me puse súper nervioso, lo demás se pueden imaginar a mis 19 años…. Ni modo… el cuerpo reacciona….
La operación fue rápida pero mucho más dolorosa de lo que me había imaginado, creo que fue un viernes, ese viernes fue fatal, con temperatura y alucinaciones que recuerdo aun, en mi mente veía un Santa Claus en su trineo descendiendo a una enorme velocidad, viniendo aparentemente a estrellarse sobre mí, pero al llegar a mi tomaba de nuevo altura, jamás chocando conmigo, esto se repitió durante casi toda la noche.
El sábado me llevaron una grabadora de casetes y un buen número de cintas para escuchar. Ese día y el domingo los pase platicando con mi amigo de cuarto, recuerdo que le platique la historia de Julio Iglesias y el origen de la canción “La Vida Sigue Igual”, la historia esta coincidía un poco con la de mi nuevo amigo. Sin que me lo pidiera le puse esa canción y callados la escuchamos, recuerdo que los dos bajamos la cabeza, pero al terminar los ojos de mi amigo estaban inundados de llanto, solo recuerdo que me dijo “Chamaco me has dado una gran lección”, me extendió la mano y en ese estrechón de manos se despidió, habían llegado familiares por él.
Ese final de domingo la pase muy triste y pensativo, me había quedado solo en el cuarto y ya no tenía con quien platicar, la noche fue una de las más largas de mi vida, no pude dormir nada, afuera escuchaba a las enfermeras platicar y en la calle pasaban cientos de carros circulando a altas velocidades, mientras tanto enfrente de mi cuarto había un enorme anuncio luminoso de PEPSI, se prendía el color rojo, luego letra por letra P E P S I, luego se prendía el color azul, y esto se repitió toda la noche, cerraba los ojos pero mi cerebro seguía procesando el cambio de colores y el encendido letra por letra de P E P S I. Sufrí una pesadilla aun estando despierto.
El lunes en la mañana no sé a qué hora me quede dormido, de pronto escuche pasos en el cuarto, eran varias estudiantes de enfermería, sentía que cerca de mi estaba una de ellas, pero no quería abrir los ojos, quería seguir dormido, pero la curiosidad me gano, en la puerta estaba una linda chamaca de piel blanca y cabello rojizo, estaba hermosa la chamaca, mientras que la chica que estaba cercana a mi le decía a la que estaba en la puerta “Mira que paciente tan romántico, tiene música de la que nos encanta".
Ya no pude evitarlo, abrí los ojos e inevitablemente fije mis ojos sobre esta chica. Ella era morenita clara de pelo negro negro y ojos muy brillantes y vivarachos, quizá hasta con cierto parecido a mi novia del pueblo, nos quedamos viendo fijamente y nerviosamente me dijo “Gusta que lo bañemos”, no gracias, respondí, yo puedo solo, apenada me dijo “Si algo se le ofrece aquí vamos a estar hasta las 2 de la tarde”, todo ese rato anduve de cuarto en cuarto muy pegadito de las chicas estudiantes de enfermería, cada que podía la chica morenita siempre volteaba a verme y yo a ella, pero luego rápidamente nos evitábamos desviando la mirada.
Como había andado de cuarto en cuarto había visto que varios pacientes tenían televisores, todos ellos de bulbos es decir televisiones viejitas. En una de esas escuche a uno de ellos gritándole a una enfermera para ver si se la prendía, como yo si podía caminar y andar por todo el piso me baje de mi cama y fui a prenderle la tele al señor, la prendí y vi que estaba fallando mucho, así que le dije quiere que le busque la falla y me dijo que sí. Conseguí un cuchillo en la cocina e hizo la función de desarmador, luego de encontrar la falla la corregí con tela adhesiva de la usada por las enfermeras. Como hacía calor andaba sin camisa en el piso, estaba súper flaco, aparte de que me tenían a base de gelatina y caldo de pollo, más flaco debí haber estado, así que el señor me da las gracias diciéndome “Gracias Tarzan”.
Los siguientes días me hice popular, los demás pacientes me gritaban “Tarzan, préndeme la tele por favor”, luego arregle otras televisiones siguiendo con la misma herramienta y la misma soldadura, es decir tela adhesiva. Las mismas enfermeras iban y me decían “Tarzan el paciente de la cama XX requiere de tu ayuda”, y ahí va tarzan a arreglar la tele y de pasada ver las noticias o alguna de las novelas de aquel entonces.
De martes a jueves la historia fue la misma yo y la chica coqueteándonos, cada día ella iba y se despedía de mí, cada día nos entendíamos más, pero ella salía siempre huyendo cuando yo la tomaba de las manos, ella me decía que no, que la podían amonestar. El jueves llego mi médico y me dijo “Mañana te doy de alta, para que veas quien puede venir por ti”.
El viernes casi no pude ver a la chica, como a las dos fue a despedirse de mí, pero yo quería hablar de cosas más serias, pero ya no se pudo. Sobre un buro estaba mi alta médica firmada por el médico, pero el doctor ya se había ido. Suponiendo que nadie la había visto, me fui al baño y la hice pedacitos, arrojándola en el inodoro. Sábado y domingo fueron tranquilos, ningún médico se apareció por ahí, solo los médicos internos y las enfermeras, así que nadie me molesto. Dure de lunes a jueves escondiéndome del doctor, y siguiendo con las mismas coqueterías de todos los días. El jueves ya no me escape y al ver al doctor antes de que me dijera algo, le dije, ¿Doctor, cuando me va a dar de alta?, y me respondió, pues según yo ya te había dado de alta, pero ya te puedes ir y de nuevo me hizo otra alta, pero aun ahí lo condicione, oiga doc, pero me voy hasta mañana por que no le avise a nadie. Él estuvo de acuerdo.
El viernes no perdí la oportunidad e inmediatamente fui con aquella linda chamaca que ya desde hacía varios días me había robado el sueño. Con un miedo inmenso la invite a salir conmigo para dentro de dos semanas después. Ella acepto y nos pusimos de acuerdo de vernos afuera de catedral dentro de dos semanas. Antes de despedirnos nos presentamos por primera vez, le dije mi nombre e inmediatamente ella me dio el suyo, al escuchar su nombre me quede sumamente sorprendido y hasta un poco en choc, se llamaba igual a mi novia del pueblo.
Ese día me dieron raite para llevarme a la casa y me fui tremendamente ilusionado, fueron dos semanas larguísimas, en ese inter llegaron dos cartas de mi novia del pueblo, en una de ellas se cuestionaba que tanto más podía esperarme, por primera vez sus cartas no tuvieron respuesta inmediata, sinceramente no sabía qué hacer, pero lo que si sabía es que mi corazón ya pertenecía a otra chica, aun sin haberme correspondido aun.
Era 1976 y no había teléfonos en las casas, mucho menos celulares así que ni cómo comunicarme con aquella linda chica a la que ansiaba ver, los días pasaron lentos pero no hay fecha que no se llegue y yo a la 12:30 ya estaba afuera de catedral, la cita era a las dos de la tarde, me cambiaba de esquina, contaba cuantas personas entraban y salían de catedral, a la una el reloj del templo sonó y luego a las dos y la dama no llegaba, de pronto mi ánimo se fue al piso ya eran las 2:01 y nada, las 2:02 y nada, las 2:15 y nada, mil dudas llegaron a mi mente… y me preguntaba ¿Cómo ira a venir vestida?, ¿Cómo se verá sin uniforme de enfermera?, ¿Traerá el pelo recogido o suelto?, ¿Usara tacones o zapatos bajos?, ¿Llegara por la calle segunda, o la constitución?, miles de preguntas y cero respuestas. Cuando ya había perdido la esperanza mi mirada se dirigió hacia una enorme tienda que estaba frente a catedral y se llamaba Dorian’s… en el otro extremo estaba ella, con una sonrisa de oreja a oreja corrí hacia ella y ella hacia a mí, justo en medio de la calle y sin decir palabras nos dimos un tierno abrazo que jamás podré olvidar.
Tomamos camino sobre la calle Constitución y nos fuimos caminando hasta la calle 4ª o 5ª donde al pasar por frente a un restaurante vi que su nombre era Restaurante Freddy’s. Le pregunte te gusta la música de Los Freddy’s, su respuesta fue inmediata de que sí. Luego concluí diciendo pues vamos a ver qué tan rico cocinan.
Comimos muy rico, creo que todo me sabia a gloria y todo marchaba sobre ruedas, la plática continuo con un rico café, me dijo la música que le gustaba… adivinen, la misma que le gustaba a mi novia del pueblo, ya sabía que se llamaba igual y que le gustaba la misma música, parecía que dios me estaba trayendo a esta ciudad a mi novia del pueblo, luego continuo diciéndome que le gustaba confeccionar y elaborar su propia ropa… carajo igual que mi novia del pueblo, de pronto sin que me diera cuenta inicio una plática que ya había escuchado antes pero en los labios de otra mujer, era la historia de una película de dos niños cieguitos, etc. Etc.
Nunca la interrumpí deje que me contara la película, yo estaba extasiado, perdido y confundido, tantas coincidencias no las podía creer. Me acerque a ella y la tome de las manos y la vi fijamente, no dije una sola palabra solo la bese y ella correspondió, no había que decir nada, ese momento y los momentos vividos en el hospital nos habían unido.
Ella fue una cura para mis heridas, aunque vivía con una familia en una pequeña casa, aunque trabajaba con más de 450 personas en una fábrica, aun así me seguía sintiendo solo, desde ese momento mi vida cambio, a la ciudad la veía más bella y radiante, el futuro lo veía muy prometedor, el buen ánimo y la motivación la sentía por cada uno de mis poros, nuevamente sentía que la vida tenía sentido para mí, que mis tristezas y nostalgias aunque regresaran ya no me harían el mismo efecto.
Con ella viví 5 años de una hermosa relación, una relación de mucho amor y comprensión, sin embargo la felicidad no dura toda la vida y uno de los días menos pensados, tomamos caminos y rumbos diferentes, la separación parecía no haber repercutido mucho en mi ánimo, sin embargo pronto me di cuenta de que me hacía mucha falta, quizá yo a ella también, un año más tarde regresamos por un periodo relativamente corto, tiempo después, de manera definitiva nos dijimos adiós.
De mi novia de Súchil pues ni que decir, aunque la relación duro menos por las circunstancias ya comentadas, tengo que decir que ni un solo día de mi vida he dejado de recordarla y de bendecir a ella y a los días felices que con ella viví. Fue parte importante de mi vida y jamas podre olvidarla.
Mi vida ha sido feliz y llena de muchos logros y satisfacciones, pero debo reconocer que hay días de mi vida en los que de pronto el mundo se detiene para mí y regresan a mi mente aquellos bellos momentos de una época pasada y me sigo preguntando…. ¿DE QUE COLOR ES EL VIENTO?
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