EN HONOR A UNA GRAN MAESTRA Y A UN GRAN CHARRO

En 1964 la profesora Ignacia Corrales fue mi maestra, una gran maestra, con un gran porte, una enorme cabellera y una belleza que hacía que muchos de sus alumnos nos enamoráramos de ella.  No sé si por la amistad que nuestras familias llevaron siempre y la cercanía de mi madre con la mama de ella o de plano me la gane, no sé, pero siempre fui uno de sus consentidos. Y digo uno por que ella se ganaba el cariño y el respeto de todos nosotros. Con ella aprendí a declamar y a hablar en público, gracias a ella en esa época fue muy común que mucha gente (Mi mamá y mi tío “Pifas”) fueran a las ceremonias de los lunes y eventos especiales a escucharme declamar.

Cuando su mamá inicio con problemas en sus piernas yo fui su mandadero por muchas ocasiones, al igual que lo fui de Carmelita y Don Carlos Hernández, casualmente las dos me daban las gracias diciendo “Gracias CHITO”, las dos siempre intentaban pagarme con alguna moneda y aunque en alguna ocasión la acepte, normalmente no lo hacía ya que la Sra. Salustia Serrato siempre me recompensaba en verano con bolsas y bolsas de ricos chabacanos. Carmelita por su parte me regalaba canastos llenos de chayotes espinosos que yo mismo cortaba.

De Arturo Mier (su esposo) que luego fueron mis vecinos, debo decir que yo lo trate muy poco, solo sé que era un hombre muy trabajador y aficionado a la coleadura. El y su hermano siempre se hacían distinguir en esos eventos. Yo conocí a sus hijos, Cuquita, otra niña y no recuerdo si a uno o dos hermanitos, nunca más supe de ellos.

Aquí en Tijuana me reencontré con la Sra. Herminia Corrales (Q.E.P.D.) y su esposo, un militar que estuvo algún tiempo acuartelado en Súchil. Seguido paso a saludar a la hija de ellos (A CHELA la más grande), quien ya casada y con dos hijos acaba de terminar la carrera de medicina, su hijo mayor también estudia medicina, ambos hijos de ella son amigos de mi hijo mayor quien también estudia la misma carrera.

Como ven el mundo es demasiado pequeño y te reencuentras con gente querida en el momento que menos esperas.

También fui muy amigo de Chayo la hermana menor de la profe Nachita y aunque fuimos vecinos también, no tengo ni una sola foto de ella. Al profesor Lucas(Q.E.P.D.) lo conocí pero nunca lo trate igual al resto de sus hermanos.

En honor a esta linda pareja que ya se nos adelantaron en el camino, dedico este sencillo artículo.

NOTA: Articulo publicado en la desaparecida pagina de Casa Súchil

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