SUCHIL Y SUS TRADICIONES - Autor José Félix Hernández García
- Categoría: Súchil
- Publicado: Miércoles, 27 Abril 2022 10:01
- Escrito por Super User
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- 27 Abr
Por eso cuando en ocasiones hablamos de nuestra infancia, la vida adquiere tintes mas claros, porque vienen a la memoria un montón de imágenes inolvidables; entre ellas nuestra casa, nuestras calles, nuestras familias, los vecinos, las personas que conocimos aunque fuera solo de vista y “los muchachos” nuestros amigos con los que íbamos a la escuela y por las tardes jugábamos en la esquina.
Y la edad en que estábamos aprendiendo a silbar o estábamos mudando de dientes y con diáfana ingenuidad le poníamos el dientito “al ratón” Así mismo, aquellas sufridas mujeres que con jabón de teja y calabacilla “hedionda” lavaban montañas de ropa en un lavadero (pedazo de piedra plana) por la orilla del río mientras nosotros jugábamos a las presitas, pescábamos charalitos o simplemente tirábamos “patitos” al río.
Y aquel señor, que muy tempranito pasaba vendiendo nopalitos del monte recién cortados después de haberlos pelado en el río (cuando estaba limpio) y luego aquella señora ya entrada en años que pasaba con un balde lleno de tunas de castilla, también recién cortaditas; o la señora que en las afueras de la escuela vendía ricos lonches y deliciosas gorditas de picadillo.
Por la casa también pasaba un señor con una gran cubeta y un vaso de medio litro vendiendo fresca aguamiel; recuerdo también con mucho agrado a un señor muy amable y alegre que pasaba muy temprano gritando: Hay quesos de vaca bravaaaa......!! no recuerdo como se llamaba pero le decían “Torreón”.
Allá en la estación, (cuando todavía pasaban trenes de pasajeros) un señor vendía conos de nieve y dulces de calabaza y camote en una carretilla de madera; pero que nieve. . . .!!! yo no he encontrado nieve mas deliciosa. Había otro señor muy serio que pasaba con una carretilla vendiendo “kiote” (fruta del maguey). Y quien no se acuerda de los ricos taquitos de enfrente de la estación y los del jardín o allá en las afueras del salón Carta Blanca los deliciosos taquitos de Doña Matiana? claro que en algún otro lado también había quien vendía menudo y gorditas. Ya luego empezarían a vender las sincronizadas y las ricas y originales hamburguesas estilo Súchil; allí, en los tradicionales estanquillitos.
Nosotros no íbamos en burro, ni con carretilla o en camioneta al “mandado”; íbamos en bicicleta o “a pie” porque era poco lo que comprábamos pues casi todo llegaba a la puerta de la casa; El aguamiel, los nopalitos, los elotes, las calabacitas, las habas, los chiles, los chicharitos, los ejotes, el clásico pan ranchero, los quesos y también los aboneros con toda clase de “triques” (artículos). Y aquellos señores que con visible fatiga y masticando un pedacito de caña, pasaban con sus burros cargados de leña. Así también, ocasionalmente pasaban camiones comprando marranos y algunos comprando fierro viejo y aluminio.
Amigos: Sabemos muy bien que un gran numero de visitantes a esta pagina no son nacidos en Súchil; pero como hijos o nietos comparten el mismo privilegio y el mismo orgullo de sus padres y abuelos (amar a Súchil). No importa en que parte del mundo se encuentren: SEAN BIENVENIDOS y reciban un cariñoso saludo. F.H.G.
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