Hoy es la despedida…

Es momento de hacer el último viaje del cual no hay retorno.

Quise preparar maleta pero alguien dijo que no era necesario pues nada de lo que llevara necesitaría, solté con tristeza de mis manos la fotografía de mis hijos y aun sabiendo que el tiempo se acaba les pedí que me abrazaran, que no maldijeran mi partida y que supieran que siempre los amaré con todo el corazón, que estaré velando por ellos desde el lugar que al nacer ya tenía destinado para mi.

Mi familia, mis amigos…se que es imposible pedirles que no lloren por mi, algunos me recordaran y otros me olvidaran a los pocos días, pero esto no me hace sentir mal.

Algún día volveré a mirarlos, de eso estoy segura y es la fuerza que me anima a no demostrar tristeza.

Es el final del camino y no hay marcha atrás en este mundo en que debería haber quien te haga entender que naciste para morir también, sabiendo que en esta vida habría alegrías y tristezas para enfrentarlas con valentía.

No me tengas lastima ni compasión, bríndame mejor tu cariño y te aseguro que me llevaré de ti ese recuerdo en el corazón.

La felicidad de ser lo que Dios quiso de mi es también motivo de orgullo, pues se que me está esperando ya, que me necesita a su lado y que hoy ya programó la hora en que deba estar a su lado.

Gracias por todo lo que de ustedes pude recibir en esta vida, que fue hermosa porque siempre estuvieron a mi lado brindando su cariño.

A mi familia quisiera pedirles un favor muy especial…

Cuiden a mis hijos como si fueran suyos, quiéranlos como yo los amo y ayúdenlos a que no se olviden de mi para de esta forma encontrar el verdadero descanso eterno que ya estaba escrito para mi.

Publicado en la pagina de Casa Súchil por autor anónimo.

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