Día de horneado en Súchil
- Categoría: Súchil
- Publicado: Martes, 12 Abril 2022 14:49
- Escrito por Super User
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- 12 Abr
Ver en el facebook esta foto me hizo recordar mi niñez. A mi mente llegaron los recuerdos que aun permanecían escondidos en mi cerebro y de los cuales basto esta imagen para recordar una serie de antiguas imágenes y gratos recuerdos.
Vi a mi abuelita, a mi madre y a varias de mis tías en aquella vieja cocina de la casa paterna. Sobre las paredes llenas de ollin de aquella enorme cocina estaba grabada la historia de quizá años y años en las que por lo menos una o dos veces al año se cocinaban una gran cantidad de condoches gorditas y pan ranchero.
Desde uno o dos días antes mi abuelita y mi mamá pedían el apoyo de mis tíos para que el cocedor estuviera limpio y hubiera la suficiente leña para mantenerlo caliente todo el tiempo necesario para hornear una gran cantidad de pan, gorditas y condoches dulces y salados, que harían la delicia de todos al disfrutarlos con una rica tasa de café o de yervanis.
Al final de la jornada ya de noche las familias aun reunidas en nuestra casa nos reuníamos a degustar aquella delicia que con tanto trabajo y amor se habían preparado.
Afuera de la cocina era común que mi tío Anselmo, el tío Antonio y el Jesús se fueran a sentar alrededor de aquel viejo fresno en cuya gruesa base permitía que por lo menos dos de ellos se pudieran sentar o recargar, era tan grueso que permitía fácilmente eso.
Mientras los tíos prendían sus cigarros faros y haciendo enormes y pausadas fumarolas escuchaban las ocurrencias del tío “Pifas” quien alegremente jugaba con nosotros sus sobrinos, las tías en grandes canastas hacían su cargamento de condoches pan y lo que se había horneado ese día, tapándolo con aquellas toallas que ellas mismas con paciencia y dedicación meses atrás habían bordado.
Ya adelantada la noche poco a poco se iban retirando a sus casas mis tíos, tías y primos. La algarabía de aquel día se iba convirtiendo en un sepulcral silencio que aunado a la oscuridad de la noche hacia que cualquier movimiento o pequeño ruido me hiciera pensar que había fantasmas a mi alrededor. Gracias paisanos por publicar esta y otras fotos en su Facebook, lograron revivir muchos recuerdos que jamas serán olvidados por mi.
Como olvidar todos estos gratos recuerdos de mi niñez en aquel viejo Súchil. El Súchil de calles empedradas y casas de adobe. El Súchil de crepúsculos arrebolados y amaneceres de ensueño. El Súchil que despertaba cada día con el tañer de campanas anunciando la misa de las 7, el Súchil que nos encadeno a sus entrañas, el Súchil de nuestras nostalgias, el Súchil de mis abuelos maternos.
Feliz martes para todos.
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