Llegada a casa de los abuelitos
- Categoría: Súchil
- Publicado: Lunes, 27 Diciembre 2021 10:56
- Escrito por FFGalvez
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- 27 Dic
Caminar a los tres años por las calles empedradas de Súchil fue toda una novedad, me llamaban mucho la atención aquellas piedras redondeadas y de diferentes tonalidades, como también me llamaba la atención que casi todos los hombres usaban sombrero, ese recorrido desde la estación hasta el jardín lo disfrute enormemente, tal parecía que quería guardar en mi mente cada detalle de ese recorrido.
Al llegar a la casa de mis abuelitos antes de entrar lo primero que vi fue el jardín, recuerdo aquellos enormes pinos y los arboles enormes de moras, al fondo se divisaba el templo de la inmaculada Concepción. Al rededor del jardín había unas bancas de cemento y el jardín estaba cercado por una barda de ladrillo, en la parte central de la barda con ladrillos se formaban unos rombos y en la parte mas alta nuevamente había ladrillos, tanto la parte baja como la alta en el exterior estaban enjarrados, no así los ladrillos que formaban los rombos los cuales lucían su color anaranjado característico que los hacia lucir en todo su esplendor.
La entrada de la casa de mis abuelitos tenía una enorme y vieja puerta de madera, en la parte inferior justo donde se unen las dos partes de la puerta tenía un enorme agujero por donde entraban los perros, su forma era totalmente irregular quizá los mismos perros lo habían hecho a lo largo de los años. Entramos, el piso estaba lleno de astillas de madera, había un banco de madera y sentado en el piso estaba un viejo malencarado de enorme bigote que no dejaba de trabajar dando forma a una horqueta de madera de alamo para hace la cabeza de un fuste.
Mi mamá algo le decía aquel viejo que en ningún momento me voleaba a ver, recuerdo que tome una astilla en mis manos y observaba como aquel inexpresivo viejo escuchaba y veía a mi mamá. De pronto voltea a verme y sin pensarlo recuerdo que abrí mis brazos y lo abrase, no se si cambiaría su expresión o no, no lo podía ver pero si sentí como correspondía a mi abrazo. Muchos años después supe era la segunda ves que ocurría ese abrazo, de la primera no recuerdo, lo que se es que en ese segundo abrazo se había sellado una unión que duraría toda la vida.
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