Dicen que la luna de Octubre es la más hermosa, aunque fuera la séptima luna, la de principios de octubre de 1926, testigo de un gran suceso, dicen los que vieron y escucharon el memorable discurso del Secretario de Agricultura, el joven Ingeniero Luis Laureano León, de solo 34 años de edad, quien poco después fuera Presidente de la Cámara de Diputados, Gobernador de Chihuahua y Senador de la República.
El Jefe Máximo de la Revolución, el Turco de Guaymas, el paciente más famoso del Niño Fidencio, Don Plutarco Elías Calles, con esa mirada escrutadora y cara de piedra, de gabardina y sombrero, no perdía detalle, sabía que estaba en los terrenos donde todavía en las noches, por las llanuras del Vicario, algunos fieles, veían cabalgar a Pancho Villa, asesinado cobardemente en Parral aquella mañana del 20 de Julio de 1923, hacía apenas tres años, también sabía que cuando alguien preguntaba quién mató a Villa, el pueblo de México, discretamente, con impotencia, rabia y temor contestaba: Calles..se, amigo…!!!
Lo cierto, es que ese día, oficialmente nacía la Escuela Central Agrícola de Santa Lucía, Durango, en la y griega de los caminos a Parral y Santiago Papasquiaro, un sitio que indiscutiblemente forma parte de la identidad del Estado y del Municipio. Y que contaba con talleres, establos, huertas y de tierras de cultivo.
Casi a la par nació el Mexe, Hidalgo, en el sufrido Valle del Mezquital; La Huerta, Michoacán al Suroeste de Morelia y Roque, Guanajuato al norte de Celaya.
El propósito fundamental, era que los hijos de campesinos recibieran una instrucción media que les permitiera integrarse a la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo México, para después regresar a desarrollar el potencial de sus regiones de origen.
Don Plutarco, viejo zorro de la política, designó como uno de los primeros directores al Ingeniero Camilo del Moral, egresado de la Escuela Nacional de Agricultura, quién se encargó también de impulsar la naciente fruticultura de la región de Canatlán, y dicen los que saben que también la masonería, aquella del Rito Escocés o el Yorkino.
…Siembro robles y pinos y sicomoros…
…quiero llenar de frondas esta ladera…
…quiero que otros disfruten de los tesoros…
…que darán estas plantas cuando yo muera…
El ingeniero José Guadalupe Aguilera nació en Mapimí, Durango en 1857, fue especialista en Geología, catedrático en Chapingo, y Director del Instituto Geológico, la UNAM le otorgó el Doctorado honoris causa en 1937, desde 1941, cuando la escuela se convirtió en Escuela Practica de Agricultura, merecidamente lleva su nombre.
Antes en 1934, se denominaba Escuela Regional Campesina, dirigida por el insigne mentor matamorense Profesor José Santos Valdés, quien también fuera escritor, maestro del periodismo, luchador social y poeta.
-Continuará-
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