LAGRIMAS - Autor: Don Martín Martínez Flores
- Categoría: Súchil
- Publicado: Lunes, 02 Mayo 2022 13:34
- Escrito por Super User
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- 02 May
DON MARTÍN MARTÍNEZ FLORES
Nació en Velardeña, Dgo., el 11 de noviembre de 1924.
Durante más de 30 años ha sido organizador
y responsable en la representación de la obra de La Pasión.
LÁGRIMAS POR EL DECESO DE UN SER QUERIDO
¿Quién no ha derramado una lágrima por el deceso de un ser querido? Pudo haber sido el padre o la madre, tal vez un hermano, pariente o amigo muy apreciado... Jesús lloró la muerte de su amigo Lázaro.
LÁGRIMAS POR LA LLEGADA DE UN NUEVO SER A ESTE MUNDO
Tendrán que ser lágrimas de amor, de felicidad, porque la pareja ve cristalizadas sus ilusiones en el fruto de esa unión de amor de los dos, ilusión de ver su propia sangre.
LÁGRIMAS POR LA SEPARACIÓN… (Un viaje tal vez)
¿Quién no ha derramado una lágrima por la partida de un buen amigo o familiar, por la separación de uno mismo pensando en lo que el de arriba determine mientras se llega el momento para volverse a ver?
LÁGRIMAS POR UN AMOR
Aunque en lo particular, es este tema demasiado extenso, dividiría en un primer momento este tema en dos; primeramente sería el afecto que se siente por una persona, digamos, estimación y aprecio, un amor transparente; el segundo, el amor de pareja, que si bien también profesa la estimación, la intención es diferente. ¿Quién entonces no ha llorado por lo sucedido en una relación de amistad o amor?
LÁGRIMAS DE ODIO
¿Quién no ha llorado lágrimas de odio por una traición? sea en una relación de amistad, de familia o de amor, donde estaba puesta toda la confianza, secretos tan íntimos, tan queridos que de pronto por alguien han sido divulgados y que algunas veces sin remedio provocan odio ante la traición.
LÁGRIMAS DE RENCOR
El rencor es mucho más fuerte que el odio, pero sin duda, el odio es más tenaz y por tanto, difícil de olvidar, las lágrimas en este caso, son por no admitir reconciliación, pues sin duda triunfa la injuria y el dolor para llegar al extremo de la desesperación.
LÁGRIMAS DE COMPASIÓN
¿A quién no se le ablanda el corazón ante la desgracia del prójimo, de un familiar, o de un amigo y derramar lágrimas ante tal situación, ya sea por ver la imposibilidad de participar en dar remedio a tal situación?
LÁGRIMAS DE CLEMENCIA...
Creo que no hay quién ante una injusticia y viendo al que la recibe no se atreva a pedir clemencia ante el injusto; derramando lagrimas de impotencia, de desprecio, de dolor.
LÁGRIMAS DE DOLOR...
Este es otro tema para derramar lágrimas, porque quién al ver a un familiar amigo o aun ser querido que sufre un dolor corporal o un dolor moral, tristeza o pesar ¿no le mueve el alma y llora por el dolor ajeno?
LÁGRIMAS DE EMOCIÓN
Quién no ha vivido esos momentos de emoción, que no son otra cosa sino agitación de ánimo que nace por una causa pasajera y que hacen sentir esos momentos de alegría y felicidad... ¿Qué es lo qué causa una lágrima? en la vida, mil motivos.
LÁGRIMAS DE DESESPERACIÓN
La desesperación provoca alteración externa en el ánimo, todo porque se ha perdido la esperanza de lograr a veces “vencer” a tales o cuales problemas, lo que provoca impotencia, no es posible vencer aquellos obstáculos y nuevamente hay un motivo para llorar.
LÁGRIMAS DE CORAJE
Cuántas veces el individuo comete errores, sencillamente porque en parte está cegado por el coraje y se siente con valor, energía y decisión, no sabiendo que al poco rato entra la reflexión y es cuando se producen las lágrimas al ver el error que se ha cometido, pero ya es tarde.
LÁGRIMAS DE INOCENCIA
En este caso el inocente, libre de culpa, cándido y sin malicia, le ha tocado caer en manos de la ley o de una persona que le hace culpable de una falta que no ha cometido, por lo que se siente impotente para defender aquella situación lo cual es motivo de lágrimas.
LÁGRIMAS DE ALEGRÍA
Estas lágrimas son producidas por lo general por un sentimiento de placer, por una satisfacción, cuando se ha sufrido por una situación difícil y de pronto se logra vencer obstáculos y salir adelante.
LÁGRIMAS DE AMISTAD Y RECUERDO
La amistad y el recuerdo para mí tienen cierta unión; la primera es un afecto personal puro y desinteresado, muchas veces además recíproco, el segundo es efecto de recordar a quienes estimamos. ¿Quién no ha llorado al recordar aquella amistad amable, compartida, respetuosa, en una palabra “gente”, como se suele decir.
LÁGRIMAS DE AGRADECIMIENTO
Dudo que exista una persona que sea mal agradecida, que después de recibir un favor no muestre su gratitud y agradecimiento ante quien la ayudó, agradece y alguna vez también derrama lágrimas al haber encontrado a una persona que le brinda su apoyo sin condiciones.
LÁGRIMAS DE INJUSTICIA
La injusticia y la inocencia, yo las veo como que tienen algo entre sí; la injusticia la ejerce aquel que se siente un prepotente y quien aplica la ley valiéndose de eso, se aprovecha de la inocencia. Ante tales situaciones, no queda otra cosa que llorar al ver la injusticia y el aprovechamiento.
LAGRIMAS DE SATISFACCIÓN
¿Quién no ha sentido una satisfacción aun cuando ha pasado mucho tiempo; cuando siempre se ha traído en mente aquella deuda, aquel daño que se causó algún día?
Pero cuando pasa el tiempo y se han saldado aquellos compromisos, es cuando se siente esa satisfacción, máxime si reflexionas y te das cuenta entonces, que si Dios nos dio la vida, se pueden hacer muchas cosas y entonces, quizás derrame lágrimas por darme Dios vida y licencia de pagar ese pendiente y disfrutar el placer de haber cumplido.
LAGRIMAS DE FELICIDAD
Dichosa la persona que siente ese estado de ánimo al decir que goza de la felicidad, que se siente muy a gusto y contenta, yo creo que en esos momentos es cuando el ser humano recapacita sobre los momentos que está viviendo y es cuando quizás reflexiona y ve que esa felicidad alguien se la proporcionó y en ese momento, brotarán las lágrimas y agradecimientos para quien dio esos momentos... ¡Dios ofrece para vos esos momentos!; después de esto, hay que tener en mente que la felicidad no es estable ni duradera, son momentos, instantes, y sin duda, estamos propensos a constantes cambios.
Elegí este tema, quizás por lo que soy, no sé cómo calificarme, tierno, humano o cobarde, tal vez esto último es lo que predomina en mí...
Gracias
NOTA: Del libro "Compositores del Valle de Súchil" de Don Martín Martínez Flores.
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